El viaje estaba finalizando, teníamos que recorrer más de 1300 kilómetros en un día, incluyendo el cruce del Canal de la Mancha por el Eurotunel.
Salimos temprano a la ruta, muy temprano, rumbo a la ciudad francesa de Lille.
Ni bien salimos, antes de subir a la ruta, pasamos por lo que fue la casa de William Wallace, justo al lado de una estación de servicio...
Pasamos al costado de Londres, sin parar salvo para cargar nafta, llegamos a tiempo al Eurotunel, entramos el coche y debimos viajar dentro del vehículo hasta salir en Francia. La experiencia no es más que eso, entrar en un vagón cerrado, esperar dentro del mismo 35 minutos y salir después a la luz del sol.
De camino pasamos por la ciudad de Dunkerque, donde a pesar de la lluvia nos bajamos a sacar unas fotos de la playa y seguimos viaje.
En Lille, el hotel estaba en una cuadra la mar de fea, y Pablo y Fabián decidieron ni siquiera cenar y echarse a dormir (Pablo había manejado solo todos los kilómetros, estaba más que excusado). Pero Caro, Naty y yo salimos a recorrer la ciudad, descubriendo que en la esquina de esa calle la mar de fea empezaba el barrio de pub, llenos de música, cerveza y luces. Lille es una ciudad hermosa, comparable perfectamente con Brujas, con una plaza como la de Amsterdam. Un descubrimiento que deberemos aprovechar para otro viaje.
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