domingo, 29 de abril de 2018

Todo tiene un comienzo

Hace dos años, caminábamos con Caro por la playa de Puerto Madryn, después de dejar a Francisco en su clase de náutica, cuando me preguntó qué pensaba hacer para mis cincuenta años. Porque medio siglo no es una pavada, y como la señora me conoce, con tiempo me consultaba para prepararse.
Y hace dos años, mientras esquivábamos la marea, saltamos de un lugar perdido de Malasia hasta un velero de buceo en Galápagos, hasta que le dije que más que un viaje de búsqueda personal prefería hacer un viaje de amigos, todos juntos en un coche, a tomar whisky a Escocia. Me miró divertida, lo llamamos por teléfono a Pablo en Buenos Aires y casi que se terminó de concretar todo ese día.
Luego se sumarían Natalia y Fabián, y un buen día, casi dos años después, estábamos saliendo hacia las tierras altas de Escocia.

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